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“Cuando una empresa decide irse de Italia, hay que preguntarse por qué”

El presidente de Pirelli cree que en ha habido "una política antiindustria" y que "ha faltado un proyecto de futuro”

El presidente de Pirelli, Marco Tronchetti.
El presidente de Pirelli, Marco Tronchetti.giuseppe cacace (AFP)

¿¡La Pirelli también!? Se percibe en Italia una creciente preocupación, un cierto síndrome del orgullo herido, por el hecho cada vez más evidente de que sus marcas emblemáticas en todos los sectores ya solo tienen de italiano el escaparate. El último golpe ha sido la noticia de que Pirelli, el quinto fabricante de neumáticos a nivel mundial, pasará gradualmente a manos de ChemChina. La operación, valorada en 7.100 millones de euros, permitirá al coloso chino hacerse primero con el 26% que la compañía italiana Camfin posee en Pirelli y más tarde lanzar una oferta de compra obligatoria para el resto de los accionistas, incluidos el gigante energético ruso Rosneft y la banca JP Morgan.

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El presidente de la que fuera joya de la corona de la industria milanesa, Marco Tronchetti Provera, de 67 años, sabe que, al margen de los términos económicos, la venta de Pirelli a ChemChina iba a ser tildada por ciertos sectores de antipatriótica, y de ahí que opte por el ataque como mejor defensa.

"El problema", advierte, "es que quienes más critican la operación son a la vez los responsables de la política industrial que ha empobrecido el país en las últimas décadas. En Italia ha faltado un verdadero proyecto de futuro para la industria. Por décadas hemos escuchado decir que lo pequeño es lo bello, pero sin que se adoptaran las medidas para ayudar a los pequeños, ni para atraer a los grandes ni tampoco para hacer crecer a las empresas de tamaño medio. En Italia ha habido una cultura antiindustria. Así que, cuando una empresa decide irse de Italia, más que atacarla, habría que preguntarse por qué lo hace".

“Con ChemChina tendremos acceso directo al gran mercado chino”

Las negociaciones con Chem China (China National Chemical Corp), que empezaron en noviembre de 2014, culminaron durante el pasado fin de semana. Se supo entonces que las acciones de Pirelli, que nació hace 142 años fabricando artículos de caucho, fueron valoradas en 15 euros, el máximo desde los años 90. Buena parte de los esfuerzos del presidente de Pirelli durante esta semana se han centrado en explicar que la opción de abrirse al mercado chino era más ventajosa —y, sobre todo, más segura— que la de haber confiado su futuro al apoyo de los fondos públicos italianos: "No tenía sentido recurrir al Estado para garantizar la italianidad. Hombres, tecnología y sede se quedarán en Italia, pero sobre todo con ChemChina tendremos un acceso directo al gran mercado chino que de la otra manera hubiese sido más difícil".

“Los hombres, la tecnología y sede de Pirelli se quedarán en el país”

Tronchetti Provera asegura que la operación que él ha capitaneado durante los dos últimos años permitirá que "la cabeza y el corazón de Pirelli" se queden en Italia. "La prueba", explica, "es que el acuerdo contempla que la tecnología siga siendo italiana. Durante los próximos cinco años yo seguiré al frente de la sociedad y puedo garantizar que no habrá ningún riesgo para el empleo ni en Italia ni en nuestras plantas en el extranjero".

El presidente de Pirelli, tan involucrado con la política que en las últimas elecciones ayudó a financiar el proyecto del ex primer ministro Mario Monti, insiste en que la industria italiana sigue todavía lastrada por ese "nudo gordiano" de burocracia y corrupción que forma parte de la herencia envenenada de los años de Silvio Berlusconi en el poder.

El industrial milanés mira, no obstante, con más esperanza el futuro que simboliza el actual primer ministro: "Creo que Matteo Renzi tiene la voluntad de cambiar. Su agenda es la justa. Y su mirada va hacia delante. El Gobierno está mirando por el futuro del país. El Jobs Act [la reforma del mercado del trabajo puesta en marcha por el líder del Partido Democrático (PD)] va en la dirección correcta. Y la agenda para las reformas institucionales [nueva ley electoral y supresión del bicameralismo perfecto] también llevan el camino justo. Pero, sobre todo, es un Gobierno que intenta liberarse de aquel nudo enorme [burocracia más corrupción] que ha bloqueado el país por decenios. Y esto lógicamente crea muchas tensiones en el interior de la política italiana, pero es un Gobierno que mira hacia delante".

“La agenda de Matteo Renzi es justa, su mirada va hacia adelante”

A la pregunta de si el joven Renzi, un hombre solo al mando de la política italiana, con más enemigos dentro del centroizquierda que en la acerca contraria, logrará reconducir la deriva de Italia, Marco Tronchetti Provera es optimista: "Yo espero que sí. Porque si no será un mal asunto para el país. Si Italia vuelve a la política industrial que se ha llevado hasta ahora sería un desastre. Renzi cree en el futuro de Italia. Y yo también".

Y, como la prensa italiana se ha apresurado en resaltar, queda el consuelo de que los chinos se hayan mostrado de acuerdo incluso con que el mítico calendario Pirelli, que desde 1964 viene adornando los garajes de medio mundo, siga publicándose cada año para solaz de los sufridos hombres del mono azul.

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