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“Bitnara me llamó y me dijo: ‘Mamá, rápido, ponte a rezar”

Cientos de parientes esperan noticias en un polideportivo de Jindo

La madre de la desaparecida Bitnara junto a su hija pequeña.
La madre de la desaparecida Bitnara junto a su hija pequeña. L. Y.

El pasado miércoles por la mañana, Kim Jung-hwa, una profesora de matemáticas surcoreana, se encontró una llamada perdida de su hija Kim Bitnara, que estaba a bordo del transbordador Sewol de camino a la popular isla surcoreana de Jeju en una excursión escolar. Poco más tarde, una amiga le llamó para avisarle de que el ferri que se estaba hundiendo.

Minutos después, a las 9.56 de la mañana, la joven de 16 años, volvió a telefonear. “Mamá, rápido, ponte a rezar. Estamos todos reunidos rezando,” recuerda la madre, una cristiana devota, entre lágrimas y con la respiración lenta y profunda. “Luego llamó a su padre y le pidió que le salvara”.

Los pasajeros y sus familiares intercambiaron una gran cantidad de mensajes de móvil y de llamadas mientras el transbordador se hundía. Los estudiantes recibieron la orden, por megafonía, de quedarse dentro de las instalaciones en las que se encontraran, incluso cuando el barco empezó a escorarse y el agua empezó a entrar a su interior. Muchos obedecieron. Algunos supervivientes han explicado que decidieron escalar el casco inclinado para escapar.

Sentada encima de mantas en el suelo del gimnasio de la ciudad de Jindo, en la isla homónima, al suroeste del país, Kim, de 46 años, espera noticias de su hija, una chica inteligente, optimista y divertida a la que le gusta bailar, según la describe su progenitora, y que continúa desaparecida. Kim duerme un par de horas al día y pasa casi todo el tiempo viendo las pantallas gigantes colocadas al fondo del gimnasio, que transmiten constantemente las noticias del desastre. La instalación deportiva se ha convertido en el hogar temporal de las familias de los desaparecidos.

Tras tres días de intentos de rescate infructuosos debido a la lluvia, al viento y las corrientes, este domingo los equipos de rescate (que incluyen 650 buzos) recuperaron los primeros cadáveres del interior del buque. Con esa veintena de fallecidos sacados a la superficie, los muertos se elevan a 58 y los desaparecidos a 244 desaparecidos, la mayoría estudiantes del instituto de Danwon de la ciudad de Ansan. El centro escolar, que se encuentra a 30 kilómetros al sur de Seúl y que abrió en 2005, no está entre los mejores de Corea del Sur en términos académicos, pero tiene buenos equipos deportivos. Su lema es "Una escuela feliz con una educación creativa, inteligente, juntos haciendo realidad nuestros sueños".

El ferri, que transportaba 476 pasajeros además de los miembros de la tripulación, está todavía hundido, lo que reduce la probabilidad de encontrar más sobrevivientes, según la policía marítima.

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El resto de los familiares, al igual que Kim, han expresado emociones diversas: sorpresa, ira, negación, y cada vez más, aceptación de que no van a poder ver de nuevo a sus seres queridos.

El marido de Kim ha pasado los últimos cuatro días exigiendo respuestas a las autoridades.

“No sé si estos chicos están vivos o muertos. Solo quiero creer que están vivos. Pero en realidad, pienso que están muertos”, confiesa Kim Kyeong-goon, que se ha convertido en el portavoz de los padres de los estudiantes de la escuela.

Como muchos otros padres, está disgustado y frustrado por la reacción del Gobierno a esta tragedia. Las tensiones entre los parientes y el Ejecutivo empezaron inmediatamente después del hundimiento, cuando las autoridades informaron a los padres de que todos los estudiantes se encontraban a salvo, cuando la realidad no puede ser más distinta.

El número de muertos de un ferry hundido frente a la costa sur de Corea del Sur continúa subiendo y ha llegado a 64 el lunes por la mañana (10 am hora local), a medida que continúan las operaciones de búsqueda en el sexto día después de la catástrofe. De las 476 personas a bordo , sólo 174 pasajeros, entre ellos el capitán del ferry y la mayor parte de su tripulación, fueron rescatados después de que el barco volcara debido a lo que se cree que fue un giro más brusco que de costumbre.

Las esperanzas de encontrar supervivientes se desvanecen rápidamente al no haber encontrado todavía con vida a ninguno de los 302 pasajeros desaparecidos tras el hundimiento del ferry Sewol de 6.825 toneladas cerca de la isla de Jindo, al suroeste del país, el miércoles. Tan sólo hace cuatro días, los familiares tenían esperanzas de encontrar a las víctimas con vida, ahora tan sólo esperan recuperar sus cuerpos.

Park Seung-ki, portavoz del centro de reacción intergubernamental, han dicho este lunes las operaciones de búsqueda se están llevando a cabo durante 24 horas y han movilizado un total de 214 barcos, 35 aviones y 151 buzos. El equipo de rescate ha estado trabajando durante toda la noche con la ayuda de vehículos operados a control remoto y consiguieron entrar dentro del restaurante en el interior del buque.

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