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EE UU investiga si el Estado Islámico ha usado gas cloro en Irak

El ataque ocurrió al norte de Bagdad y dejó 11 heridos, según 'The Washington Post'

Agentes iraquíes inspeccionan la zona de un atentado en Bagdad.
Agentes iraquíes inspeccionan la zona de un atentado en Bagdad. AHMED ALI (EFE)

El 15 de octubre el portavoz del Pentágono, John Kirby, dijo que Estados Unidos no tenía evidencia de que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) tuviera armas químicas procedentes del antiguo arsenal del régimen de Sadam Husein. Más de una semana después, afloran serias dudas de que así sea. Los milicianos del EI -que controlan partes de Irak y Siria- habrían utilizado botes de gas cloro en uno de sus ataques contra las tropas iraquíes a mediados de septiembre cerca de la localidad de Duluiyah, al norte de Bagdad, la capital de Irak, según publica este viernes el diario The Washington Post.

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Un total de 11 agentes de policía tuvieron que ser hospitalizados por el ataque el pasado 15 de septiembre después de que presentaran mareos, vómitos y dificultad para respirar, en lo que fue diagnosticado por los médicos como envenenamiento por cloro, según el Post. Todos ellos sobrevivieron. Un alto cargo del Ministerio de Defensa iraquí confirmó al rotativo el uso de gas cloro en ese suceso: "Lo hicieron para crear terror. Por supuesto, estamos muy preocupados".

Según Defensa, que ha pedido equipar a los soldados con protección ante estos ataques, los milicianos del grupo extremista suní usaron el gas de una “manera primitiva e inefectiva” cerca de plantas de tratamiento de agua en las que habrían tenido acceso a cloro, así como en carreteras. Hay varias plantas de agua cerca de Duluiyah, un territorio bajo control del EI. Además, según soldados iraquíes de esa localidad, hubo otros ataques similares en septiembre.

Tras la revelación periodística, el Gobierno de EE UU anunció este viernes que está investigando la información. “Estas acusaciones son extremadamente serias y estamos buscando información adicional para poder determinar si podemos o no confirmarlo”, dijo el secretario de Estado, John Kerry, en declaraciones a periodistas tras reunirse en Washington con su homólogo surcoreano.

Kerry admitió que, en caso de confirmarse, el uso de armas químicas podría afectar "decisiones tácticas" de la ofensiva militar que lidera EE UU contra el EI, pero no a la "estrategia fundamental". Washington empezó hace dos meses y medio a bombardear -junto a otros países occidentales- posiciones yihadistas en Irak, y hace un mes a sus bases en Siria, junto a naciones árabes.

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La información del Post no detalla cuál puede ser el origen de las armas tóxicas, pero señala que el hecho de que haya una gran fábrica de armas químicas —cerrada hace 20 años— en el territorio controlado por los yihadistas en el norte de Irak ha avivado los temores sobre la veracidad de un ataque de estas características. Sin embargo, expertos citados por el diario consideran que los 2.500 cohetes con cloro que habría en esa planta probablemente serían inutilizables.

El cloro -un componente habitual en la industria- se vende de forma legal, pero puede emplearse como precursor de un arma química y su uso -muy frecuente hace un siglo en la Primera Guerra Mundial- viola la Convención de Armas Químicas. Las bombas de cloro son fáciles de utilizar -una mera explosión desprende la sustancia contenida en los lotes- pero los expertos señalan que su incidencia es desigual.

La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya, denunció en septiembre el uso "sistemático" del cloro como arma de guerra en varias localidades del norte de Siria, azotada desde hace más de tres años por una sangrienta guerra civil. EE UU acusó al régimen de Bachar el Asad -también enemigo del EI- de estas prácticas aunque Damasco cargó la responsabilidad en los grupos opositores armados, principalmente el frente Al Nursa, filial de Al Qaeda. El uso de gas sarín por parte del Ejército sirio en agosto de 2013 llevó a EE UU a preparar una ofensiva aérea contra las instalaciones químicas del régimen, pero a última hora dio marcha atrás a cambio de que Damasco entregara su arsenal para su destrucción, que culminó recientemente.

En caso de confirmarse el ataque en septiembre en el norte de Irak, no sería la primera vez en los últimos años que se usa gas cloro en ese país. En los años posteriores a la invasión estadounidense de Irak en 2003, las insurgencias suníes lo emplearon en varias ocasiones. Por ejemplo, hay constancia de que en 2006 y 2007 la filial de Al Qaeda en Irak -de la cual se escindió el EI- efectuó ataques con gas cloro. Sin embargo, estas armas fueron a menudo poco efectivas, según fuentes militares de EE UU citadas por el diario The New York Times, pese a causar en ocasiones irritación de ojos y quemaduras a los soldados estadounidenses.

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