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Evacuados los primeros españoles de la zona afectada por el seísmo de Nepal

Un grupo de 36 adultos y un bebé se distribuyen entre un avión oficial y dos comerciales

Miguel González
Miembros de la Cruz Roja alemana (DRK), preparan paquetes de ayuda humanitaria que serán enviados a Nepal.
Miembros de la Cruz Roja alemana (DRK), preparan paquetes de ayuda humanitaria que serán enviados a Nepal.EFE

España ha comenzado este lunes por la noche la evacuación de los españoles atrapados en Katmandú por el seísmo que el pasado sábado devastó Nepal. Gracias a la colaboración de las autoridades indias, según ha subrayado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, 36 adultos y un bebé tomaron a media noche un vuelo de la compañía Spicejet desde la capital nepalí a Nueva Delhi, donde ya se encuentran.

Al mismo tiempo despegó desde la capital india rumbo a Katmandú el Airbus 310 del Ejército del Aire que el pasado sábado trajo al jefe de la diplomacia española de visita oficial a Nueva Delhi. A bordo viajaban 28 miembros de un equipo de rescate británico así como dos expertos belgas de Naciones Unidas que este lunes por la mañana no pudieron aterrizar en Katmandú por el colapso del aeropuerto.

En el viaje de vuelta a Nueva Delhi traerá a otros 77 adultos y otro bebé. Además, se cuenta con 70 u 80 plazas en otro vuelo de la misma compañía Spicejet que hará el martes el trayecto desde Nepal a India. Exteriores ha fletado un avión capacidad para 200 pasajeros para recoger a los españoles evacuados a Nueva Delhi y repatriarlos a España y ha provisto de fondos suplementarios a la Embajada en India para que se haga cargo de su manutención y alojamiento.

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El ministro ha anunciado que, si fuera necesario, el avión oficial en el que este martes tiene previsto regresar a España hará escala en Katmandú para recoger a los últimos rezagados y ha asegurado que, con esta operación, habrán salido de Nepal todos los españoles que actualmente se encuentran en la capital. Respecto a los que están desperdigados por el resto del país, se ha mostrado confiado en que, cuando vayan llegando a la capital, ya se hayan restablecido los vuelos comerciales y puedan salir con normalidad. Margallo reconoció que la situación fuera de Katmandú es “muy confusa”, ya que las comunicaciones resultan “extraordinariamente difíciles”.

Exteriores ya tiene localizados a 349 españoles en Nepal y busca a otros 118, cuyo paradero se desconoce. Desde que se produjo el seísmo, con un saldo provisional de más de más de 4.000 muertos, la Embajada en Nueva Delhi (España no tiene representación diplomática en Nepal) actualiza permanentemente la lista de españoles en el país vecino, con la dificultad que supone el que muchos turistas no cumplan la recomendación de apuntarse en el registro de viajeros. De momento no hay noticia de que haya españoles entre las miles de personas sepultadas por el terremoto, aunque una mujer perdió este lunes la vida en un accidente.

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El domingo por la tarde se desplazó a Katmandú un equipo formado por la cónsul general en Nueva Delhi, Laura García Alfaya, el agregado de Interior, Ramón Gómez Nieto, y un policía experto en rescate, para colaborar en la búsqueda de los españoles aún no localizados y organizar la evacuación de quienes quieran salir del país. En Katmandú se encontraban más de 120 españole, de los que 63 pasaron la noche del domingo en las oficinas de la constructora San José, que trabaja en la nueva terminal del aeropuerto de la capital nepalí, y otros 40 en un hotel.

El lunes noche el ministro participó en una videoconferencia desde la sede del Instituto Cervantes en Nueva Delhi con responsables de los departamentos de Defensa e Interior para coordinar la evacuación. La Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID) ha preparado, en colaboración con ONG como Cruz Roja, Médicos del Mundo y Oxfam, un avión con 30 toneladas de ayuda humanitaria de emergencia para los damnificados por el terremoto.

Un embudo aéreo

El caos en el único aeropuerto internacional de Katmandú, Tribhuvan, construido en 1949 en principio sobre una pista de hierba, solo confirma lo que muchos viajeros que se han desplazado a ese país rodeado por un aura mítica ya sabían: que es uno de los peores del planeta.

A sus problemas endémicos, entre los que figuran la falta de planes de contingencia ante catástrofes, la ausencia de información para los pasajeros y unas infraestructuras precarias -faltan plataformas, aparcamientos y solo hay una pista de aterrizaje que funciona hasta medianoche- se suman ahora las largas colas. Miles de personas de todas las nacionalidades intentaban salir este lunes del país sin conseguirlo, debido a la congestión aérea. Muchos aviones con ayuda humanitaria o de rescate tenían que esperar el permiso antes de poder aterrizar y algunos se dieron la vuelta porque solo hay capacidad para ocho aeronaves grandes.

Incluso antes de la catástrofe, los aparatos tenían que sobrevolar Tribhuvan durante horas por la escasa visibilidad y las duras condiciones meteorológicas. En los buenos tiempos, recibía 80 vuelos diarios; ahora solo una quinta parte.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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