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Londres recuerda a las víctimas del ataque que cambió el país hace 10 años

Varios homenajes en el aniversario de las bombas colocadas por terroristas yihadistas

Cameron y Johnson recuerdan a las víctimas en Hyde Park.Foto: reuters_live | Vídeo: REUTERS- LIFE / A. D. (POOL)
Pablo Guimón

La mañana del 7 de julio de 2005, hace hoy 10 años, mientras la ciudad celebraba que acababa de ser elegida sede de los Juegos Olímpicos de 2012, cuatro jóvenes británicos se reunieron en la estación de Luton para matar y morir. Shehzad Tanweer (22 años), Hasib Hussain (18), Jermaine Lindsay (19) y Mohammed Sidique Khan (30) tomaron juntos el metro en dirección a la estación de King’s Cross. All llegar, se abrazaron y se separaron para llevar a cabo, cada uno por su cuenta, su macabro plan.

Poco antes de las 8.50 de la mañana, Tanweer detonó su bomba cuando el tren de la Circle Line en el que viajaba llegaba a la estación de Aldgate. Khan activó la suya en un tren de la misma línea en Edgware Road. Lindsay, en un vagón de la Piccadilly cerca de Russell Square. Y Hussain se hizo volar por los aires en el autobús número 30 en Tavistock Square.

Hussain mató a 13 personas. Khan, a seis. Tanweer, a siete. Y Lindsay, a 26. También murieron los cuatro. Hasta 784 viajeros más resultaron heridos. Fue el más sangriento acto de terrorismo en Reino Unido desde el derribo del vuelo 103 de Pan Am sobre Lockerbie en 1988, y el peor bombardeo sobre Londres desde la Segunda Guerra Mundial.

La ciudad rinde hoy martes homenaje a las víctimas de aquel ataque con una serie de actos que han empezado pronto por la mañana. El primer ministro David Cameron y el alcalde de Londres, Boris Johnson, han participado en una sobria ceremonia de colocación de coronas de flores junto a los 52 pilares de acero levantados en Hyde Park en memoria de cada una de las víctimas mortales. Se guardará un minuto de silencio, durante el que se detendrá la red de transportes de la ciudad. Se ha pedido a los viajeros se bajen de los trenes una estación antes de su destino para terminar sus trayectos a pie. Se celebrará una misa en la catedral de Saint Paul y, por la tarde, otro servicio en Hyde Park que contará con la presencia del príncipe Guillermo.

“Hoy el país se une para recordar a las víctimas de una de las peores atrocidades terroristas cometidas en suelo británico”, ha declarado el primer ministro. “Diez años después de aquellos ataques, la amenaza del terrorismo continúa siendo real y mortal, como demuestra el asesinato de 30 turistas británicos en Túnez. Pero no permitiremos que el terrorismo nos acobarde. Seguiremos haciendo todo lo que podamos hacer para mantener seguro al pueblo británico”.

Los ataques no marcaron una nueva era de terrorismo en Reino Unido, como muchos esperaban después de que cuatro jóvenes trataran sin éxito de repetir el ataque solo dos semanas después. La realidad es que solo una persona más, el soldado Lee Rigby, ha fallecido por un acto terrorista en suelo británico en estos diez años. Pero hoy hace 10 años la ciudad cambió para siempre.

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Según la ministra del Interior, Theresa May, la policía ha abortado hasta 40 planes para atentar en suelo británico en estos años. Desde actos aislados a pequeña escala hasta sofisticadas tramas relacionadas con grupos internacionales. El nivel de alerta terrorista sigue siendo severo, el segundo más alto de una escala de cinco.

Hoy hace diez años comenzó un cambio profundo en los servicios de seguridad británicos para responder a a un escenario en el que, como dijo el entonces primer ministro Tony Blair, “las reglas del juego han cambiado”. Pero han cambiado aún más desde entonces. Bin Laden murió en 2011 pero la amenaza no desapareció sino que mutó al Estado Islámico (EI), en cuyas filas combaten ciudadanos británicos.

Se calcula que al menos medio millar de británicos han viajado clandestinamente a Irak o Siria para combatir desde las filas del EI contra la sociedad en la que han crecido. En la mayoría de los casos, nadie ha sido capaz de interpretar las señales antes de que fuera demasiado tarde.

Hoy los esfuerzos del Gobierno se dirigen a combatir la silenciosa radicalización entre sus propios ciudadanos. Cómo evitar que tres niñas de un colegio de Bethnal Green, ejemplo de excelencia educativa, vuelen a Siria con destino al EI sin que nadie sea capaz de detectar su radicalización. O nueve miembros, mujeres y niños, de una misma familia. Cómo impedir que un encapuchado con marcado acento británico siga degollando a rehenes occidentales en los vídeos del grupo terrorista.

Una generación entera de británicos ha crecido sabiendo que hay gente fuera del país que desea su muerte. Pero, y esto es más difícil de digerir, también gente dentro del país. Hoy hace diez años Reino Unido descubrió que el enemigo vive dentro.

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Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

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